Señor Mariano Rajoy: Le he pillado. Ya no hace falta que se
esconda, puede ser claro y decirlo bien alto: usted quería que Catalunya se
independizase. Tampoco es tan descabellado, seguramente debía estar hasta las
narices de ellos. Para empezar no había manera de entenderlos, siempre hablando
de esa forma tan rara. Y esa manía de ir siempre pidiendo, unos euritos aquí,
unas inversiones allá… por no hablar de eso de creer que Barcelona está por
encima de Madrid, y en fútbol ni lo mencionemos. Seguro que hasta pusieron al
presidente ese con el nombre tan raro para hacerle sufrir, ¿cómo se pronuncia?
¿Puchdemon? ¿Puigdemons? Así que se le ocurrió este astuto plan.
Vale, que lo de llevar al Constitucional l’Estatut fue en
realidad para tocarle las narices a ZP y llamarle “independentista” y esas
cosas; y seguramente cuando le negó la financiación a Mas fue un arrebato por
cabreo, pero luego a partir de eso le salió la vena independentista, y entonces
maquinó su plan: era perfecto. Para empezar taparía unos cuantos casos de
corrupción, afianzaría el voto de la extrema derecha, tan debilitado desde lo
del aborto. Se ahorraría unas cuantas inversiones, como el “corredor
mediterráneo”, y ya de paso favorecería el central, por Madrid, como debe ser.
Con suerte hasta el Barça se marchaba a jugar a Francia, y dejaba vía libre al
Madrid para ganar cuantas ligas quisiera. Si, vale, perdía un “chivo expiatorio”,
pero siempre podría contar con los valencianos. Un par de presupuestos más y se
soliviantan igual. Lo mirase por donde lo mirase, eran todo ventajas. Claro,
que no podía mostrarse en público a favor. De ahí su astucia.
Había que dar un empujoncito a “Árthur Mas”, que de todas
formas siempre había sido un blandengue. Tirar un poco del Tribunal Constitucional
para que encienda algo los ánimos, meter a la Fiscalía a trabajar un poco,
poner a Fernández Díaz de ministro del interior… Por no hablar del detallito de
poner a García Albiol de jefe del partido. A poco que los cachorros de la
ultraderecha movieran algo por twitter, iba a subir el independentismo como la
espuma. Por un momento pensó que lo conseguiría, cuando se empezó a hablar de “declaración
unilateral”, pero entonces perdieron las elecciones y le cortaron la cabeza a
Mas. No, había que emplear medidas más fuertes.
Está claro, usted quería que se marcharan. Sólo de esa
forma se explica las medidas que desde hace semanas su gobierno ha tomado. Sólo
eso explica por qué ha convertido un “problemilla” en un “problemón”. Porque
antes de mandar a sus chicos a aporrear a los ciudadanos, antes de que sus
cachorros fueran a la Puerta del Sol a cantar el “cara al ídem”, el
independentismo no superaba el 40% de los votos. Según sondeos del “Govern
Català”, ojo. Su deriva autoritaria no sólo ha aumentado exponencialmente ese
porcentaje, ha conseguido usted que media España simpatizara con la consulta
(Ojo, no con el independentismo, con la consulta), y que desde Europa se vea a
Catalunya y su “procés” con mejores ojos. No sólo eso, ha conseguido dar
legitimidad a una votación que, según ustedes mismos, no tenía. Ahora da igual
si se ha votado o no, cómo, por qué, o cuantas veces, porque al mandar a los de
las porras ha legitimado todo eso. Ha conseguido su propósito, que Catalunya se
sienta fuera de España. Bravo. Es usted un lince. Lástima que muchos no lo vea
igual.