Imaginad, estamos en un pueblecillo allá, en los USA. Un pequeño repostero, pongamos de nombre John Jackson, ebrio de amor por la moza con quien acaba de pasar parte de la noche (la historia no dice si es casta o "cortesana") y un poco de "scotch", decide dar rienda suelta a sus emociones y elaborar con todo lo que tiene almacenado tartas en forma de corazón de color rosa y unos cuantos bombones. Al dia siguiente, no sabe si porque va a cambiar el tiempo (estamos en febrero), ha cogido un resfriado o es efecto secundario de su "fiebre nocturna", se levanta con un ligero dolor de cabeza para ver, horrorizado, los frutos de su noche de vigilia. "que voy a hacer?", se pregunta y, aún en ropa interior, sale de su pasteleria tirándose de los pelos y gritando a pleno pulmón "La ruina, es la ruina".
Al mismo tiempo un florista que tiene su tienda en la misma calle, llamemosle Jack Johnson, sale también lamentándose de que su mujer, celosa por haber encontrado a la jardinera cuidando el esqueje del pobre Jack, le haya arrasado todo el campo de rosas. Cuando termina este momento de histéria John invita a Jack a tomar algunos de esos bombones que tan fervorosamente ha elaborado, y juntos trazan un plan. Al dia siguiente ambos adornan la calle con parte de las flores de Jack y papel higienico, y cuelgan una pancarta que pone "14 de febrero, dia de los enamorados", aparte de sendos carteles en sus respectivas tiendas que invitan a comprar tartas y flores a sus enamoradas. Ese dia, John y Jack, aún en ropa interior puesto que con tanto ajtreo se les habia olvidado un detallito como los pantalones, invitaron a todo el pueblo a celebrar su amor con su respectivas (o respectivos).
Unos cuantos siglos después la indústria pastelera americana, aliada con los floristas y los fabricantes de peluches, se reunen en secreto para tratar de analizar la crisis acuciante que padecen: después de las fiestas navideñas viene la cuesta de enero, y la gente prefiere usar su dinero para comprar cosas útiles de verdad: necesitan un motivo para poder vender sus mercancias. Después de horas de debate uno de los reposteros, que podria llamarse John Johnson, recuerda la história que su bisabuelo le contó; Jack Jackson, floristero que parece que tambien tiene antepasados en ese pueblo, también cree que es una buena idea: hay que hacer que se conozca el dia de los enamorados en todo el mundo, "no hay problem! somos americans y nosotros sabemos how to hacerlo". solo que quizá el nombre "dia de los enamorados" es largo y dificil de traducir y memorizar, así que Mark Valentin, juguetero, propone llamarlo "dia de San Valentín". El nombre no gustó mucho, pero como "San Johnson" o "San Jackson" no terminaba de sonar bien, no tuvieron más remedio que aprobarlo.
Y así se creó el (vomitivoporempalagoso) Dia de San Valentín, patrón de los enamorados; que años después miles de románticos de bodeguilla celebran dejandose pasta en restaurantes, pasteles empalagosos o flores baratas. La história, o quizá los propios Johnson, Jackson y Valentín, demasiado recatados, olvidaron el detallito de la ropa interior. Una pena, un dia en el que todo el mundo sale en ropa interior a la calle sí merece celebrarse.
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