diumenge, de gener 23, 2011

Ironia, dulce ironia

El mundo es una gigantesca bola algo achatada por los polos; el mundo es ancho, el mundo es diverso, el mundo puede ser muy grande o puede ser muy pequeño, el mundo es irónico. La ecologia es irónica, la política es irónica, la cultura es irónica, las personas son irónicas, el amor es irónico.

Cada persona aspira a ser libre, a autorealizarse en el ambiente que ellos mismos elijan, a hacer realidad el modo y estilo de vida que ellos mismos imaginaron de adolescentes, y perfeccionaron durante la madurez; esta es la razón principal que empuja a un ser humano a dejar el nido y establecerse por su cuenta, a pesar de todas las dificultades. Sin embargo no se siente realizado hasta que limita su libertad para compartir su vida con otra persona.
Es no es cierto, me encanta vivir solo y no necesito a nadie
Si miras bien dentro de tu subconsciente te darás cuenta de la cantidad de cosas que haces para llenar ese vacío.

Si el amor tuviera cierta lógica las personas tenderían a compartir su vida con aquellos que se asemejan a su ideal, tienen gustos muy parecidos, y además estan cerca en caso de necesidad, puesto que así establecer la frontera necesária para compartir una vida sería menos traumático, pero como ya hemos dicho todo en este mundo es irónico, así que terminas enamorandote de alguien completamente diferente a tu ideal de belleza o carácter, o alguien con un ritmo, estilo y modo de vida totalmente diferente que obliga a que incluso cambies de pautas, en algunos casos ni siquiera la tienes cerca. La principal ironía es que, contra toda lógica, se acepta esta situación e incluso se afirma que se es feliz estando con una persona que en otras circunstáncias te haría sufrir sobremanera, y no se estaría mintiendo necesáriamente. Más aún, en muchos casos donde la lógica se ha impuesto ante el caos las parejas han terminado rompiendo, corroidas por el aburrimiento, y encontrando a alguien que les llena de felicidad a pesar de las dificultades que entraña compartir una vida con alguien que no se parece nada a ti.

No son las dos únicas ironias, en un amor lógico y racional hablar de tus sentimientos a otra persona sería tan fácil como pedir una cerveza en el bar: “me gusta, me apetece, la pido”. Después de todo se supone que los dos deseais lo mismo, así que la conversación debería ser “tu me gustas, yo te gusto, sentemos las bases de la futura relación”. Sin embargo en la realidad este tipo de negociaciones son tremendamente chapuceras, con todo tipo de tópicos, malentendidos, balbuceos, tartamudeos y meteduras de pata. Lo normal es echar la culpa a “los sentimientos”, que estan por todas partes y no hacen más que molestar: te impiden decir lo que quieres por miedo a meter la pata, aunque irónicamente la metas más de esa manera que si hubieras dicho lo que querias decir; hacen que te comportes como un completo idiota en un intento de parecer lo que no eres y hacer pensar que eres lo que anda buscando cuando en realidad se es más facil ser uno mismo, y provocan que visites algunos lugares a los que hace tiempo juraste que no irías. Pero paradojicamente no sientes plenamente esos sentimientos mas que cuando es tarde y perdiste a quien querias; antes de una relación tu mente está atiborrada de sentimientos que compiten entre sí por ganar protagonismo, cuando empezas la relación gran parte de ellos desaparece y pasas más tiempo decidiendo que calcetines te pondrás para salir que pensando en tu sentimiento de amor, en cambio cuando una relación termina éste acaba floreciendo en todo su esplendor. Así que, irónicamente, cuando más deberias ser feliz porque acabas de descubrir lo que sientes por esa persona, es cuando no la tienes o cuando pende de un hilo.

Todo esto hace que el mundo se divida en dos clases de persona, los que intentan dar un sentido racional al amor y lo que comporta y los que aceptan las cosas como son y se resignan a sufrir en silencio cuando vienen mal dadas y a disfrutar cuando corresponde. Yo estoy orgulloso de estar en el segundo grupo.