(Espero que se de verdad un día, porque estas cosas no molan… o algo, otro día mas de San Valentín y me encomiendo a todos los dioses del metal)
Amanece un día 14 de Febrero de un año cualquiera, como se suele salir el fin de semana pondremos que, por casualidad, cae un Sábado para ahorrar papel. Quique Perea se levanta de la cama sobre las nueve de la mañana. El día sale radiante, el sol brilla y unos gatos se pelean en los basureros bajo de la ventana de su casa de Ruzafa. Antes de desayunar unos los cereales de su hermana, coge el móvil ladrillo y mira la hora. Las doce, escribe un mensaje a su novia Patrícia “buena juerga la de anoche, espero que hoy no me des mucha caña, me pones chati”
Después de darse una ducha caliente se viste y sale para el centro de la ciudad en su R5 cuatro puertas, no sin antes haber enviado otro mensaje “acabo de salir de casa, voy para el garito”. ¿El objetivo? Ir a tocar un rato con la peña, Tato quiere una canción de amor heavy para el concierto de esa noche. De paso si ve un regalo que sea lo bastante barato para entrar en el presupuesto y lo más llamativo posible para que la chica en el restaurante no vea que está comprada en la tienda hippie de la esquina. No se decide entre cuatro cosas: la mas fácil pero la más cara: la joyería. Tienen un collar de piezas de madera muy mono, pero se pasa algo del presupuesto. Pere se fija en el anillo de al lado, pero si Pere es listo no lo comprará: el anillo de los cojones vale un huevo y parte del otro y eso significa renunciar a demasiadas cervezas, además Patricia se puede creer lo que no es. La segunda: las camisetas, no son demasiado caras pero has de tener muy clara la talla y su estilo. Con una camiseta de Gigatron con la leyenda “me pones a cien” puede no ser de su estilo, pero hay una de Bob Marley bastante chula, así que Pere toma nota mental. Tercera cosa: perfumería, dificultad seria. El problema es que has de saber muy bien y asegurarte de que habitualmente usa perfume o probablemente será usado como alcohol etílico. La mayor ventaja de esta sección es que si a la chica en cuestión se le está acabando normalmente lo hace notar los días anteriores con frases escogidas cuidadosamente. Ahora que recuerda el otro día Patricia decía que se había quedado sin Don Algodón así que deja el regalo para más tarde, se despide de la Cari que a estas horas no tiene demasiada clientela y sale para el local. De camino ve la cuarta cosa en una tienda de maquillaje, eso es rizar el rizo. Es dificilísimo acertar y probablemente lo que compre será cambiado; pero Pere ve unas bolitas relajantes para el baño y de decide a comprar un par. Un frasco de colonia no le puede salir muy caro y serán buen complemento. Un rato mas tarde Pere llega al local para enfundarse la Fender con punta de flecha y tocar durante un par de horas antes de comer.
Cuando Pere ha terminado de tocar invita a los colegas a comer al “Visente” sabiendo que no podrán venir más que el Gaby que sigue soltero. Los otros se disculparán y enviarán un mensaje a las novias diciendo que si les apetece comer. Pere y Gaby leen la carta y piden hasta ponerse morados; total ninguna noche ha estado en mala forma. Cuando Pere acaba de comer se dirige a casa, se pone el equipo a cien y se dispone a “flipar” un rato, necesita gasolina esta noche para aguantar la mierdamúsica de los pubs pijos. De camino a casa ha visto una floristería y se ha dicho que encargar un ramo no sale muy caro. Lo deja en la bandeja del R5 y ya se lo dará cuando la vea. Después de hacer cuernos durante una buena hora y media con los Maiden se va a examinar su ropa. Se mira los gallumbos y decide que no están nada mal, de todas maneras si quiere flipar esta noche se necesitará algo de chispa. Abre el armario y delante de el aparecen los boxers que pone “Para abrir estirar”. Al lado tiene los tangas que le regaló, pero son demasiado incómodos y además implica también la depilación, de la que se ha declarado en contra. Pasado este punto intenta decidir si ponerse su camiseta de los conciertos o ir algo arreglado pero poco heavy. Un buen rato después decide ponerse los pantalones normales, los que no llevan cadenas, y un polo de su hermana que le queda bien. La tarde casi se le ha pasado entre flipar y preparar el vestuario, así que emplea lo poco que le queda antes de cambiarse en ensayar los pasos que dará esa noche utilizando su “muñeca hinchable”; cuando es la hora saca el disco de Porretas, comprado legalmente en la tienda del Jipi, del equipo de música y se guarda además el de Gamma Ray y uno de Scorpions por si tiene que desplegar el asiento trasero del R5. Envia un mensaje que dice “Voy por ti, chati yeeeaaaaaaa”; al ratito en su ladrillaso suena “The Final Countdown”. Pere lee el mensaje: “Te espero, TQMCTAT”
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