De nuevo se encontraba delante de una encrucijada, cerró la tapa del libro y releyó el título “crea tu propia aventura”. Y tanto que si! Era la cuarta o quinta vez que, al acabar una página se encontraba con un texto en negrita. El chico ya había conocido la chica, el azar hizo que lo hiciera por internet. Luego había ido sorteando obstáculos a través de las páginas hasta llegar el momento en que la chica y el chico coincidían. Y justo cuando pensaba que el cuento llegaría a su final se topaba con su última decisión: Si quieres que el chico bese a la chica pasa a la página 35, de lo contrario avanza hasta la 56. Difícil decisión, no sería la primera vez que un final feliz depende de ella. Se tomó unos segundos antes de decidir, entonces pasó a la página adecuada. En ella los protagonistas repetían el beso, solo que en un décimo piso con la luna de valencia al fondo.
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