- -_ ¿Así que al final fuiste a Madrid?
- - Si, seguí un impulso. Sentí que debía ir.
- - Y que tal fue? Encontraste la inspiración que buscabas?
- - Pasé dos días paseando por sus calles, vi el Palacio y el Teatro Real, los jardines de Sabatini, el templo de Debod, la casa de Sorolla, la casa de Campo... hasta el museo del ferrocarril; si, fue un buen fin de semana, pero sobretodo encontré a Venus.
- - ¿A Venus?
- - Si, allá estaba, en el centro de la estación. Era imposible no verla, radiaba una luz que la diferenciaba de los demás. Ella me enseñó los rincones más bellos de la ciudad y también los menos conocidos.
- - ¿Y la retrataste?
-- Cada rincón suyo, cada milímetro de su piel, cada lunar, cada cabello... está retratado en mi cabeza. No hay mejor lienzo que ese, por mucho que pase el tiempo no se olvidará.
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