No,
no me he vuelto loco ni he involucionado, la frase está sacada de un libro de
las aventuras del inefable “Guillermo Brown”; cuando los “proscritos”,
aburridos en una tarde de lluvia, deciden crear su própio periódico con
aquellos temas que les interesan. En cierta manera Guillermo Brown caía bien
porque se parecía mucho a nosotros de pequeños, todos los niños hemos tenido
ese espíritu aventurero que nos hace soñar con ser algún dia pirata,
astronauta, explorador, piloto… y casi todos hemos soñado con un mundo sin
deberes, esas odiosas tareas que nos quitaban tiempo de juego después de salir
del colegio, y en las que al final pasábamos más tiempo del normal por nuestra
poca predisposición a hacerlo.
Pero
todos los niños nos hacemos grandes y nos damos cuenta de cómo es el mundo, y
los que de mayores nos dedicamos a la enseñanza mucho más aún, por eso no deja
de sorprenderme la asociación de padres que ha hecho suya el dicho de “los
proscritos”, es decir, podria entenderlo si la fecha en que se dió la notícia
fuera en 28 de diciembre, pero no en pleno marzo. Los motivos que alegan es que
los deberes son discriminatorios y no ayudan a aprender, por tanto no son
didácticos. Pues bien, puesto que van en serio, y a pesar de que probablemente
ninguno de ellos me lean, tengo que decir lo siguiente.
- La
idea de la discriminación se basa en que hay padres que tienen recursos,
mentales y de los otros, y hay padres que no. Por tanto partiendo de la base de
que los padres ayudan a los hijos a hacer los deberes, habrá niños que irán más
adelantados porque sus padres son más sabios o tienen una buena conexión ADSL,
y otros más retrasados porque sus padres no tienen estudios y tampoco
ordenador. En primer lugar la premisa es equivocada, los deberes son tarea para
los hijos, están enfocados para que se esfuercen y para que refuercen aquello
aprendido en clase; y si bien es positivo que los padres echen un cable a los
hijos, no debe recaer en ellos el grueso de la labor, porque entonces el
positivo se transforma en negativo. Los chavales no aprenden a resolver
problemas por su cuenta, se acostumbran a ir al primer adulto o superior para
exponerle el problema y que allá se apañen.
- En
cuanto a la idea de que son antididácticos, creo de verdad que es un auténtico
disparate. Las tareas en casa facilitan que el alumno se adquiera su propio
hábito de estudio y pierda la costumbre de preguntar al profesor cada vez que
no recuerda algo o no le sale el ejercicio, es decir, le obliga a esforzarse,
ya sabeis, “la necesidad es la madre de la invención” y todas esas cosas.
- Y
en tercer lugar si los padres piensan que en las horas de clase da tiempo a
asimilar y reforzar todos los conceptos a impartir, de forma que el alumno
adquiera las capacidades que se supone deben de tener al final de curso es que
nos sobrevaloran a los docentes o viven un palmo por arriba del suelo.
En
fin, que creo que lo que realmente mueve a estos padres son las ganas de llegar
a casa después de trabajar y sentarse en el sofá sin que los hijos vengan con
la libreta de tareas en la mano diciendo que no entienden A o no les sale B, lo
cual es un deseo tan digno como cualquiera, pero señores, ser padres es una
responsabilidad que comprende esa pequeña moléstia tanto como la de levantarse
de noche porque el niño llora o cambiar los pañales cuando “descomido”. Deberia
decir que afortunadamente la asociación de padres es francesa y de momento
nadie en españa se ha puesto bajo la bandera de “·avajo los deveres!”, pero
esperen que salga en la Noria y ya verán, ya… que “!a nosotros los franceses no
nos ganan ni como reaccionarios!”
2 comentaris:
Els xiquets no volen fer-los i als pares se'ls fa més còmode no haver d'enfadar-se amb ells, amés que per a ells és una incomoditat que els "nanos" vagen preguntant coses que els pares no recorden i han d'esforçar-se... En fi, vull confiar en que açò no arribarà a cap lloc perquè no crec que la humanitat estiga tant malament
A alguns no els vindria malament... que vist com escriuen algunes coses...
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