Quiero dejar constancia de que
soy uno de los culpables de la crisis. No lo he dicho antes porque aún no era
consciente de ello, me he dado cuenta al leer algunos periódicos y, sobretodo,
al ver las actitudes de algunos políticos. Para empezar soy asmático, por ello
tengo que tomar una pastilla al día y tener un inhalador cargado por si acaso,
eso supone unos tremendos gastos para sanidad, tantos que si hubiera unos
cuántos como yo habría que instaurar el copago. Además tengo una carrera
universitaria, con lo que no fui productivo en los años de bonanza del país y
con ello no contribuí a hacer grande la economía española. Peor aún, no pedí
ningún préstamo para comprarme un piso, un coche, un iphone o irme de
vacaciones, eso me convierte en un antisocial que va contra la corriente. Por
si fuera poco fui representante de estudiantes y militante de organizaciones
culturales, así que además de contracorriente era subversivo. Espera, aún lo
soy… ¡dios… cómo me odio! Por otra parte cuando terminé la carrera no me dediqué
a trabajar en empresas privadas, estudié más aún para ser funcionario, uno de
los chupópteros que tienen un sueldazo de por vida. No sólo funcionario, además
profesor, sí, uno de esos vagos que se niegan a trabajar y tratan de
escaquearse en lugar de dar a hijos ajenos la educación debida, los que se
asustan cuando tienen unos 40 alumnos en clase, los que tienen dos meses largos
de vacaciones y se pasan la mañana (o tarde) chateando, jugando al buscaminas o
viendo porno; en lugar de, no sé, preparar clases, visitar empresas con alumnos
en prácticas, corregir trabajos y exámenes, o programar el curso que viene. Y
lo que es peor, interino, porque además de funcionario engroso las listas del
paro cada cierto tiempo, cobro prestación por desempleo (lo que lleva a la
ruina del sistema de seguridad social), y como no tengo seguridad laboral no he
pedido aún ningún préstamo (aunque sólo sea para alegrarle el día a algún
bienaventurado banquero, que seguramente se pasaría la mañana y parte de la
tarde recordando que un pringado le ha pedido un préstamo, y lo que es mejor,
lo decía en serio).
Así
que ya veis, España y el mundo están en crisis por gente igual que yo, pero al
menos me he arrepentido. En la próxima vida, si es que hay, seré una persona de
provecho que lucha por hacer el mundo mejor, como por ejemplo banquero,
constructor, directivo de multinacional, político populista, arquitecto
estrella…
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