Viaje de ida (Otra vez con prisas)Como toda gran obra, también tiene su epílogo. En este caso vemos como nuestro protagonista vive aún un jueves frenético debido a una llamada de teléfono, que le advierte que las notas salen ese mismo día. La mañana transcurre entre viajes desde la Conselleria de Cultura y Rectorado de la Universidad. En esos viajes se da cuenta de que, en realidad, se llama “Mañez Palanca Mañez”. Esta pequeña menudencia hace que se quede compuesto y sin título. Aun así le da tiempo para cambiar el billete de ferrocarril, de viernes a jueves. A la llegada a Alicante toca darse una carrera de marcha atlética con maleta y mochila a cuestas tratando de llegar al instituto antes de que cierre. Es una batalla perdida, el instituto está cerrado desde poco antes que llegara el tren. Así toca enfrentarse a otra noche de nervios en la cual las cifras bailarán en la cabeza (4’5, 6, 8, 5’2…) Hacen la nueva versión del Coche Fantástico en la Tele. KITT de repente es un repelente. Este descubrimiento me desanima y me echo a dormir, mañana toca levantarse temprano (para variar)
Día de las notas y vuelta (¡por los pelos!) Me levanto y de nuevo al instituto, con un poquito menos de nervios. Al menos al principio, porque en cuanto entro y una compañera me dice “son muy bajas las notas” ya me preocupo. Y mucho más cuando veo que la lista es cortita cortita. Me busco, y suspiro de alivio: estoy dentro. Al menos no he hecho el viaje en balde. Además me entero que la “interina numero 2” ha suspendido con un 2’3 y además le dio ayer un ataque de nervios, ¡Que pena no haber estado a tiempo! La misma compañera que me cuenta eso me dice que la hoja de autobaremo, que viene a ser una hoja en blanco donde haces una especie de curriculum, es errónea. Me toca rehacerla de nuevo delante de todo el mundo. Al final dejo un buen montón de diplomas y me vuelvo al hotel, con el bocadillo de anoche luchando por salir. Decido que no es mi día cuando al llegar al hotel me dice el portero que “no hay agua corriente”, aunque sí queda agua en la cisterna. Me quedo sin ducha, pero nadie me librará del otro placer. Finalmente a las 14 horas salgo otra vez para casa, y a las 16 estoy de nuevo en casita. Vistos los hechos, puedo concluir que esta historia tiene un final abierto, así que el año que viene preparaos para “Oposiciones IV: Reload”
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