dijous, de juny 18, 2009

Momentos de la historia

“Era mi diluvio, pero no mi barca”. Releyó la frase una vez y otra, pero no terminó de ver la punta. Suspiró y lanzó el papel encima de la mesa, ¡Que desgracia de trabajo! Tantos años aprendiendo caligrafía, gramática, latín y griego… para acabar de esta manera. Pensar que cuando era joven quería ser como Cervantes… Bebió un poco de agua, cogió de nuevo el trabajo y se concentró. No, no le gustaba nada. No quedaba apropiado, decididamente estaba perdiendo inspiración. Al fin emborronó la última frase y escribió en su lugar “Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos”

1 comentari:

Jose B. Fernández ha dit...

Grandes palabras Fran. Como siempre, geniales. Abrazos.