dijous, d’agost 02, 2012

¿Nos toman por tontos o que?

Hay veces que me pregunto cuando leo la prensa si algunos personajes son, con perdón, gilipollas o se lo hacen. Aun en las pocas veces en que tengo indicios suficientes para saber que se hacen los tontos, no se cual es exactamente la razón de querer parecer idiota, aunque a veces he pensado que quieren ponernos a prueba y ver cuántos de los demás somos tan imbéciles como para creernos lo que nos dicen. Esta semana pasada he tenido cuatro ejemplos de ésto último.

AY, ALFREDO, QUE SE TE VE EL PLUMERO
Casi todo el mundo (según encuestas sólo un 14% acepta penalizar el aborto por malformaciones en el feto) coincide con que lo de Gallardón es una salvajada que retrotrae la política sobre el aborto a tiempos anteriores al 1978; por tanto no voy a entrar ahi. Lo que realmente me llamó la atención es la forma de justificar esta medida. Para los "no enterados" justificó la penalización bajo el principio de "no discriminación", o sea, un feto con malformación está discriminado respecto uno sin malformación porque éste último tiene derecho a vivir y el otro no. Esto no se sustenta en el derecho por ninguna parte, el código civil establece que se adquiere la condición de persona por vivir fuera del seno materno 24 horas y tener apariencia humana, y esto es el ABC de un licenciado en derecho; un feto no reune ninguna de las dos cualidades y, por tanto, al no ser considerado "persona", no puede aplicarse el derecho a la no discriminación. Cierto, hay una figura, la del "concebido no nacido", pero sólo tiene derecho a efectos de heredar. Duro, pero cierto. Gallardón es abogado del estado, por tanto ésto que he explicado lo debe saber él; conclusión: NOS TOMA POR TONTOS.

TODO VALE EN EL AMOR, LA GUERRA Y JUSTIFICAR LOS RECORTES
Solamente dio para un pequeño apartado en un periódico local, pero me pareció un buen insulto a la inteligencia. Bien es cierto que los actuales gobernantes, sean del estado central o las autonomías, se las están viendo canutas para explicar a la opinión pública lo que es inexplicable: que se recorta sin estimular la economía; y como a falta de pan buenas son tortas se acaba utilizando cualquier argumento para cumplir ése cometido, sin importar que sea una burrada. Máximo Buch, que por cierto, de economía debe saber un rato por su formación propia, se despachó la semana pasada diciendo que "subir el IVA incentiva el consumo", aunque al menos tuvo a bien explicar después que "sólo hasta septiembre". En palabras llanas, la subida del IVA hará que la gente se lance a comprar como locos en Agosto (no es broma, he oído ya casos de vaciar estanterías enteras de compresas y tampones), pero a partir de septiembre ni diós comprará. Es algo así como "pan para hoy, hambre para mañana". En resumen, NOS TOMA POR TONTOS.

PERO A VER, SANTIAGO, DEFINE PELIGRO.
La frase casi lo explica todo: "si en la situación de crisis, protestas sociales y "sangría continua" que vive España surgiera "un líder que movilizase a las masas", podrían producirse "problemas muy serios y graves". Muy bien, Santiago Grisolía, pero define problemas, o más concretamente, ¿para quién seran esos problemas? Porque sinceramente, ¿mas de los que tenemos ahora? lo dudo. Algún bien pensado podría creer que se refiere a esos casos donde los grupos "ultra", muy dados al populismo, se hacen con el control; yo sinceramente pienso que los problemas serios y graves a los que se refiere son para los que mandan, y no para los demás. Porque la sociedad está bastante desencantada con la clase política en general, hay pocos que se sientan representados por alguien, y ha sido precísamente la ausencia de algún líder fuerte que aglutine las reivindicaciones de la ciudadania la que ha hecho perpetuarse la situación en que estamos ahora, donde todos hacen los que les da la gana "por nuestro bien" y sin escuchar a nadie. Por cierto que con esto no estoy simpatizando con la idea de un salvador que les dé una patada literalmente en el trasero; no estoy por golpes militares o revoluciones. Simplemente alguien que les ponga en aprietos políticos y canalice las reivindicaciones de la ciudadanía, al menos como lo está haciendo Francia ahora. Por cierto que Santiago Grisolía también aboga por un gobierno de tecnócratas, en definitiva, con que el estado sea una empresa y nosotros los curritos. En definitiva, con éste canto a permanecer aborregados "por nuestro bien" NOS TOMA POR TONTOS.