divendres, de novembre 14, 2008

Mascotas

La serpiente me quedó más gorda de lo previsto, pero aun así decidí acogerla como el resto de los animales. Pronto me di cuenta que eso no seria posible: para empezar comía demasiado, En segundo lugar espantaba a los demás inquilinos, que se negaban a aceptar que el pobre animalito era vegetariano; y luego estaba el asunto del espacio: si seguía creciendo a ese ritmo pronto no tendríamos espacio para vivir, así que tuve que hacer de tripas corazón. La dejé en el primer lago con aspecto tranquilo que vi, y deseé por su bien que nadie la encontrara jamás.